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Reivindicación de Sancho Panza

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Antes nos indignó que se haya osado cotejar a Sergio Berni con Don Quijote . Ahora nos hiere el injurioso modo en que se recuerda al más célebre escudero. Hay una propensión, diríamos histórica, que toma a la ligera el buen nombre de Sancho Panza, ya no en gente respetable, informada y de buena fe sino en pensadores destacados que gozan de admiración pública. *** El cachaciento pero autorizado Diccionario de la Real Academia Española ( Rae ) se ocupa del nombre, apellido y derivados del entrañable personaje. En la entrada “ sanchopancesco ” apunta que es un adjetivo con dos acepciones. La primera no tiene casi problemas – “ propio de Sancho Panza, escudero de don Quijote ” (salvo que habría que especificar lo “ propio de Sancho Panza ”). La segunda subraya la interpretación literal – por no decir perezosa – de los que leyeron el Quijote sin atención: “ falto de idealidad, acomodaticio y socarrón ”. Las tres descripciones son afrentosas y como mínimo discutibles. Por los mismos car

Turco entretenido

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Es mucho más divertido el Turco Asís cuando dibuja la interna entre los bodrios fenomenales de la interna de JxC que la de sus opuestos, el oficialismo. La derecha es una ristra de mediocrones, oportunistas, en su mayoría incultos, que solo se instruyen con la “big data” que les proporciones sus asesores sobre las banales tendencias que importan a las grandes audiencias televisivas. Que de esta caterva de burros-bodrios politiqueros que nos han tocado en gracia el Turco nos pinte una danza de tropiezos y pisotones estrafalaria pero entretenida, es un mérito que solo un pensador de derecha – menemista – podría lograr. Leer su columna; vale la pena: https://jorgeasisdigital.com/2023/06/03/tragicomedia-de-patricia-mauricio-y-horacio/ albertoluissacco @guardaconellibro.com

Hipótesis improbable: el altruismo como modo de lectura

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(A propósito de una nota al pie en el Cuaderno 55 en Humanismo, impugnación y resistencia , de Horacio González ) Deberíamos tomar con precaución las recomendaciones bibliográficas de Horacio González, y – dicho más con simpatía que falta de respeto – las de la tribu gonzaliana, sobre todo en el plano novelas. Motu proprio leí ficciones que después me enteré González les encontraba valor y las recomendaba. Junto a otras que adquirí por su influencia, a mí me resultaron ingenuas y faltas de lo que se conoce como vena artística. También me decepcionó demasiado rápido una que elogió el afable Eduardo Rinesi que él mismo presentó en la Feria del Libro de Buenos Aires en 2022; ni que hablar de un par de recomendaciones de María Pia López en un artículo de 2017 sobre dos nóveles, voluntariosos y bien intencionados escritores de quienes no volví a saber y cuyos nombres no recuerdo. *** Pero, como a menudo me ocurre, quizá fuera yo el que incurrió en mala lectura; que lo que me pareció mal

Grandes filosofías, teorías y divulgación

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Sobre ciertos antiacadémicos, Horacio González, que normalmente critica los hábitos estratificadores de la academia, opina esto: “…los antiacadémicos que surgen de la academia suelen encaminarse hacia el mercado de la divulgación de las grandes filosofías y teorías, en general amparados en la coalición de grandes emporios editoriales con la televisión (…) pero no se puede ver en ellos la solución respecto a lo que sería una alianza entre la gran filosofía y la vida popular” (134, “ Humanismo, impugnación y resistencia ”). El mío, como ex académico, es un antiacademicismo infantil. A González no le resulta promisorio este antiacademicismo. Para resolver el acceso al conocimiento de las clases populares tampoco le parece el encarnado por académicos que son críticos de quien les da de comer pero se asocian con los gigantes de la industria editorial y los medios audiovisuales hegemónicos para hacer una divulgación sospechosa a más no poder de complicidad sublime con el sistema. ¿Cómo di

Impugnación del humanismo

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En las primeras páginas de Humanismo, impugnación y resistencia (2021), de Horacio González, tropecé con las líneas que siguen, …héroes problemáticos porque matan para salvarnos de un peligro magno. Héroes atormentados, pues la gente común los necesita, pero también los condena porque son violentos. Y el héroe piensa ‘ sé que me repudian los mismos a los que he salvado, mi sacrificio es doble, pues el burgués que ahora está más seguro gracias a mi sacrificio no le gustó que yo haya matado tanto ’ (14). Interesante reflexión de González para explayarse sobre las paradojas que la expresión humanismo confronta desde que se la nombró la primera vez. Podrá parecer frívolo, pero sentí que el discurso citado me sonaba y en efecto, como en la explosión suave de los dibujitos animados (¡plop!)  cuando por arte de magia se manifiesta algo, se me apareció el rostro iracundo de Jack Nicholson en A Few Good Men (1992) – “Cuestión de honor” – en el papel de un coronel de nombre Nathan R. Jesse

Lo grande en lo pequeño

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  He aquí fragmentos que por diversos motivos quedaron fuera del artículo Continuar la lectura en sueños , publicado en simultáneo en el sitio principal y en este blog el 4 de mayo pasado.   *** Sapiencia presocrática Lo grande en lo pequeño tiene sentido si suponemos que el artista es capaz de una pieza, si bien menuda, meritoria. Forn es capaz. Intentaremos seguir el consejo presocrático del título, sonsacado de uno de los relatos de Yo recordaré por ustedes . Trataremos de ser económicos y ojalá sustanciosos. Forn y los otros Cuando tropezábamos con él en las contratapas del Página sabíamos que no era como los demás del diario, que no tenían ni tienen nada de malo, aunque apreciábamos la diferencia. Los otros desplegaban competencia; cada uno brillaba con lo suyo. Forn era especial. ( Escribí en la nota anterior algo similar a lo que sigue :) a cada relato, como un chocolate, dejárselo en la boca hasta que se disuelva. Por caso, uno en el que se refiere a Elias Canetti

Yo recordaré por ustedes

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  Yo recordaré por ustedes Juan Forn Buenos Aires, Emecé, 444 págs. 2021   Al amigo Facundo, para que nos entendamos. Hacía mucho que no me demoraba tanto con una lectura. No por difícil. Estas son piezas labradas, pequeñas, autónomas, que requieren que se las desmenuce para disfrutarlas mejor. Es el libro que más tardé en leer en los últimos tiempos, un poco porque por placer ahora leo más lento. El material aquí es un chocolate. Vale la pena dejárselo en la boca hasta que se deshaga solito. Prolongar el goce del lector deseante de historias bellas y refinadas, como las notas de fondo en los diarios de antes, en papel. Historias de diversas partes del mundo que acaso uno no llegue a visitar. Leer recostado, antes de dormirse, para que lo leído permanezca y con suerte – ¿no te pasa? – continuar la lectura en sueños. *** Forn se ocupa en secciones de esta selección, de disidentes del antiguo bloque socialista. De Boris Pasternak refiere una anécdota conocida que tiene múlt