Sobre este blog
Este blog se creó como salvaguarda del sitio del mismo nombre (Guarda con el libro. pero no ca. sino com.) ante la contingencia de que se me acaben los fondos, caiga en mora, el servidor me expulse y se esfumen en el éter mis modestos esfuerzos escriturales. Mucho no se perdería, pero quizá algunas de las notas aspiren a la perduración de los libros reseñados y, por supuesto, atestigüen del paso perplejo y fugaz por este mundo de quien es el principal y hasta ahora único escriba del blog. Repito, mejorado, lo que reza en el “quienes somos” del sitio original: el propósito es escribir, dialogar y pensar sobre libros. Se invita a participar a quien lo desee desde la óptica que prefiera. Entonces, el que quiera escribir que escriba y el que no, bueno.
Hugo De Marinis
Datos sobre el creador de Guarda con el Libro
Hugo De Marinis partió a Bolivia en junio de 1979 junto a su amigo José Osvaldo Nardi. Llegó a Santa Cruz de la Sierra, donde lo recibió Ramón Ábalo. Allí se unió a un diario que habría apoyado la gestión de Hernán Siles Zuazo si le hubiesen permitido gobernar luego de su triunfo en las elecciones de julio de 1979 y si el mencionado diario hubiera visto la luz. No ocurrió, por lo que se conchabó como ocasional corrector de pruebas del diario cruceño El País; armó asimismo, junto a Nardi, el suplemento deportivo semanal del matutino.
Con Ábalo y Nardi editaron El Libro de Oro del Hipódromo de Santa Cruz. Cuenta que los seis meses que permaneció en Bolivia fueron los más intensos de su vida. El golpe militar de Alberto Natusch Busch del 1 de noviembre de 1979 hizo que los tres amigos se dispersaran. Nardi fue a Brasil, Ábalo regresó a Argentina y De Marinis marchó a Costa Rica.
Aterrizó en Costa Rica a finales de noviembre de 1979. De inmediato hizo uso de las habilidades aprendidas de Ábalo en la confección de “papeles”, es decir, publicaciones modestas con algún fin informativo que se financiaban con avisos comerciales de la comunidad en donde se publicaban. La Guía Cinematográfica fue uno de esos “papeles”.
El emprendimiento duró hasta que conoció a Dante Polimeni. Abrieron una librería en la provincia de Heredia a la que le pusieron “Librería Universitaria” porque se hallaba a metros de la universidad donde Polimeni daba clases. El trato era que De Marinis atendía la librería y Polimeni ponía los libros pues era representante de varias editoriales españolas para Centro América y contaba con espalda económica como para pagar un alquiler. La sociedad terminó en unos meses y cada uno siguió su camino.
Gracias a un contacto, continuó en el rubro libros. Estuvo a cargo de otra librería, “Club de Lectores”, que perteneció al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y que luego del triunfo la revolución en julio de 1979 se la pasaron al Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), un socio menor del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador. El local, amplio y antiguo se encontraba frente a la Universidad de Costa Rica (UCR) en San Pedro de Montes de Oca, al lado de un restaurante emblemático que se llamaba Soda Guevara. En funciones de gerente organizó un plebiscito entre los tres o cuatro trabajadores de la librería para cambiar su nombre. Ganó “Macondo”. En la foto, posa junto a otro exiliado argentino, Jorge Aruj, al frente de la librería cuando aún se llamaba Club de Lectores.
Se mantuvo en ese lugar propicio para su formación por el resto de su estadía en Costa Rica. Tomó cursos de filología española en la universidad hasta que todo terminó abruptamente en noviembre de 1982 por un raro brote represivo. Dedujo que mejor emigraba a Canadá. En ese país se enteró que Polimeni, a quien después del rompimiento de la sociedad no volvió a ver, compró “Macondo” y le dejó el nombre. La transformó en una de las librerías más importantes y mejor surtidas de Costa Rica. También supo que Polimeni tuvo infarto en la librería y murió por su causa.
En Toronto comenzó con los oficios humildes al igual que cualquier inmigrante mientras trataba de adquirir el idioma. En el ínterin vendió libros al modo ambulante, fundó a mediados de los 80 un periódico mensual en castellano – “Jornada” – junto al poeta guatemalteco Alfredo Saavedra y quien fuera el diputado chileno más joven del gobierno de la Unidad Popular, Miguel Ruiz. El periódico después de un tiempo quedó a cargo solo de Ruiz que prolongó la publicación por casi toda la década del 90.
Cuando se arregló con el inglés ingresó en la Universidad de York donde obtuvo su licenciatura (Bachelor) en Artes; después hizo su maestría y doctorado en la Universidad de Toronto (U of T). Al egresar con su PhD se empleó la Universidad de Manitoba y posteriormente en la Universidad Laurentian de la ciudad de Sudbury, en el norte de Ontario. Su periplo universitario culminó con 21 años en la Universidad Wilfrid Laurier, de la que se retiró como profesor asociado.
Escribió los libros La historia empuja (2002), basado en su tesis doctoral sobre Haroldo Conti; Mendoza montonera, en coautoría con Ramón Ábalo (2005); Entre viñas, guitarreadas y revoluciones (2008), una prolongada entrevista / conversación con su amigo y mentor, Ramón Ábalo y Madre de Mendoza (2013), en coautoría con Adriana Spahr.
En 2008 fundó la versión electrónica de La Quinta Pata que antes se publicaba en papel. Dirigió la revista hasta que fue nombrado jefe del Departamento de Lenguas y Literaturas de Wilfrid Laurier puesto que ocupó desde 2013 a 2016. Para La Quinta Pata escribió numerosos artículos y continúa colaborando en el presente. Desde 2020 co administra y escribe en Guarda con el Libro, publicación que según él, nació de sus horas de ocio productivo.
Luis Alberto Sacco