Sarlo

Hoy escuchábamos en vivo un programa en que un chico que sonaba joven e inexperto entrevistaba a Beatriz Sarlo. Siempre que esta intelectual fina y salada se presta a hablar, nuestras expectativas son altas. Es una mujer inteligente, culta, provocadora, como los grandes pensadores que ya no abundan. Sin embargo, su chispa e ironías, que cuando era profesora pugnaba porque no se le salieran de quicio, ahora se han transformado en cuchillas lacerantes que la tornan desagradable y ofensiva. Pasó con Rebord , el youtuber que a diferencia de periodistas zafios y con egos desencajados, no interfiere en los discursos de sus entrevistados, para beneficio del escucha. Fue de las peorcitas entrevistas de Rebord – no por su culpa – con excepción de la de Martín Lousteau . Tanto nos ha molestado la descortesía de Sarlo que a partir de este instante, aunque no le importe a nadie, ya no esperaremos con expectativas sus intervenciones. Por dos o tres brillos que le queden no merece la pena su arbi