Impugnación del humanismo
En las
primeras páginas de Humanismo, impugnación y resistencia (2021), de
Horacio González, tropecé con las líneas que siguen,
…héroes problemáticos porque matan para salvarnos de un
peligro magno. Héroes atormentados, pues la gente común los necesita, pero
también los condena porque son violentos. Y el héroe piensa ‘sé que me
repudian los mismos a los que he salvado, mi sacrificio es doble, pues el
burgués que ahora está más seguro gracias a mi sacrificio no le gustó que yo
haya matado tanto’ (14).
Interesante reflexión de González para explayarse sobre las
paradojas que la expresión humanismo confronta desde que se la nombró la
primera vez. Podrá parecer frívolo, pero sentí que el discurso citado me sonaba
y en efecto, como en la explosión suave de los dibujitos animados (¡plop!) cuando por arte de magia se manifiesta algo,
se me apareció el rostro iracundo de Jack Nicholson en A Few Good Men
(1992) – “Cuestión de honor” – en el papel de un coronel de nombre Nathan R.
Jessep. En esa escena que se reproduce en el video de arriba el personaje explica
por qué militares grotescos, odiosos y repugnantes como él son necesarios para
preservar la civilización, al menos como la entienden los norteamericanos. Situación
semejante a las enormidades por las que se impugna las bondades del humanismo.
HD
hugodemarinis@guardaconellibro.com
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