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Mostrando entradas de 2024

Alice Munro

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  24 – 07 – 24 Una punta de años en Canadá y pese a mi capacidad de lectura no recuerdo haber leído ni una línea de Alice Munro. Tampoco la tengo en mi biblioteca, aunque después de su Nobel   me prometí adquirir al menos sus más notables colecciones de cuentos. Eso sí, leerla cuando tuviese tiempo y ganas. Ganas y tiempo: difícil que el chancho chifle. Comentábamos en la entrada anterior que una coincidencia me llevó del personaje Leyla de Los últimos días de Julio Verne de Sergio Olguín a la real Andrea Skinner , hija de la laureada escritora. Skinner fue abusada por su padrastro; Munro supo del episodio y en definitiva tomó parte por su marido. Cuando el hecho alcanzó estado público cayó como una bomba en el mundo lector y también entre quienes la conocían solo de nombre. Inconmensurable la tragedia de Skinner, que se antepone a cualquier consideración sobre qué hacer de ahora en más con la obra de Munro. En esto último ya existen quienes quieren poner en práctica la peliagu

Simetrías inconsecuentes

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17 de julio El insomnio me mantenía despierto pero me negaba a continuar con Los últimos días de Julio Verne de Sergio Olguín, que había comenzado el día anterior. No sintonizaba con las primeras páginas y abandonar la lucha por el sueño por una lectura insatisfactoria no me hacía gracia. Extenuada vigilia, esa era la verdad. Entonces, entre continuar el desvelo estropeando con mi zarandeo el esmero con que había hecho la cama a la mañana y aprovechar el libro de Olguín para dormirme, opté por lo segundo. Cuarto capítulo, “El informe Zambaco, primera parte”. Sabemos que cuando se malicia transgresión, la fatiga se esfuma. ¡Zas! Se fue el sueño. La lectura me hacía sentir incómodo. Se trataba de un informe científico sobre la precocidad sexual de una niña no ingresada aún a la adolescencia. Tuve el pálpito – yo, gran ignorante – y acerté que el tal Zambaco del título del capítulo no era ficcional, o que era ficcional pero el nombre provenía del mundo real y no cualquiera sino del mundo

Varoufakis

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Hace unos días escuchamos en un podcast una entrevista pública a Yanis Varoufakis , el fugaz ministro de Finanzas de Grecia durante el fallido gobierno (2015 – 2019) de Alexis Tsipras . El motivo de la entrevista fue la publicación de un libro sobre asuntos interesantísimos como las nuevas lógicas de acumulación en los tiempos que corren que, según el autor, ya arrasaron con el capitalismo tal como lo conocíamos. El trabajo, cuyo título es Tecnofeudalismo: El sigiloso sucesor del capitalismo , se publica ahora en castellano. En el podcast, luego de la exposición de Varoufakis, hubo tiempo para tres preguntas de la audiencia. Una de ellas inopinadamente trajo al ruedo cómo el gobierno de Milei encajaría con las tesis del autor. Varoufakis desestimó con ligereza cualquier novedad que el presidente representara y lo comparó – en lo económico – con Pinochet. En cuanto al porqué de su intempestivo advenimiento, argumentó que en parte resultó de la corrupción ( estructural ) del peronismo,

Más saqueados que asqueados

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Dos sucesos conmovieron nuestras estructuras el 27 de junio de 2024. Primero, Milei logró pasar legislación por primera vez luego de más de seis meses en funciones, mal rayo lo parta. Una amiga sabia escribió que ahora estamos más saqueados que asqueados. Segundo, Trump, le ganó a Biden el primer debate por las elecciones presidenciales de Estados Unidos a celebrarse en noviembre. Sí, ya sabemos. En Estados Unidos todo es lo mismo, los dos candidatos son lo mismo y acaso asiste razón en lo de la mismidad. Nosotros creemos que no; matices. Trump es peor que Biden. Y Milei es lo peor que nos pasó a los argentinos. Un bajón que andemos cansados y gratis para que nos achuren. Sin embargo hay en la penumbra que iguala una luz discreta que no debe cegar. Nuestra amiga sabia intuye prioridades. Cansados y vencidos – ni aun vencidos – e inútilmente asqueados y rabiosos, y también conscientes del saqueo. Algo es algo. Vale decir, del entendimiento del saqueado como saqueado algo ha de salir.  

Libertad

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Libertad Restaurante Goya. Nuestra mesa da a unos ventanales que revelan un mediodía gris, medio lluvioso, los plátanos mustios de Avenida de Mayo. El amplio salón del restaurante tiene un cartel que dice “bar histórico”. Da la impresión de ser, más bien, un bodegón venido a menos. Culmino una milanesa grasienta que el menú llama a la napolitana, con guarnición. Del otro lado del ventanal aparece de repente un transeúnte que se acerca acompañado de una niña de unos ocho años. Se los nota divertidos, intensos, pobres. El hombre se pone serio y me mira. Justo a mí entre tantos. Me muestra un puño que se lleva semicerrado hacia la boca sin tocarla, lo acerca y lo aleja un par de veces. Gesto de que quiere comer. Hambre enojado. Le gesticulo, a mi vez, que qué quiere que le haga. Me raja lo que debe ser un insulto sonoro. Me hace morisquetas. Me quiere pelear. De la mano de la niña risueña se aleja hacia 9 de julio. Ni un minuto después pasa en sentido contrario muy cerca de mi posición, a

Si le hubiésemos hecho caso a Perón…

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Conocer a Perón Juan Manuel Abal Medina Buenos Aires, Planeta, 398 págs. 2022 (3ra ed., marzo, 2023) Nuestros amigos peronistas perciben compañero a Juan Manuel Abal Medina. Es que con las tribulaciones que sus deberes le demandaron en los 60 y 70 del siglo pasado sería necio disputar esa consideración. A nuestros amigos peronistas los asociamos al peronismo de izquierda, aunque la mayoría entiende el peronismo solo como peronismo; lo de izquierda les parece desaconsejable y superfluo. Último secretario general del Movimiento Peronista (1972 – 1974), Abal Medina proviene de un nacionalismo en el que convergen personajes de lo más conspicuo del conservadurismo y la derecha católica. Estos reaccionarios clásicos incluyen, por ejemplo, al exquisito Marcelo Sánchez Sorondo (1912 – 2012). Juan Manuel Abal Medina se hizo peronista pero no montonero como su hermano Fernando Luis (1947 – 1970). Ni marxista (pág. 42); ni siquiera miembro de la gloriosa Juventud Peronista. “ Yo diría que me hi

Archivo mínimo hallado en Word en una computadora vieja a punto de descartarse (II)

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  Vuelvo a pegar la cita de la entrevista a Jon Sobrino: -             ¿Has pensado por qué no te han matado a ti?”  Y me salió una respuesta tomada casi de antiguas vidas de santos: -             “Pues se ve que no soy digno”. Decíamos que el ser digno de ser matado acaso revela la pulsión sacrificial del que lucha contra los males del mundo. También anuncia la humildad de quien declara, “( P)ues se ve que no soy digno ”. No es gran misterio deducir quién “ ve ” que al que no se mata no se lo mata porque no hizo méritos suficientes. Jon Sobrino acepta humilde que la dignidad evaluada por el que lo mataría no es óptima, no alcanza para ser matado. Entonces, en lo que queda de la vida perdonada han de redoblarse los esfuerzos para la causa. La humildad de Sobrino extiende su alcance al rebajarse el valor de la vida propia respecto de los que sí fueron muertos, que eran mejores. *** Habrá sido el asombro de la entrega del que pese a sus trabajos no alcanza para mártir lo que m

Archivo mínimo hallado en Word en una computadora vieja a punto de descartarse (I)

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El título del archivo es “ 06 – 08 – 2007”. Dice así: -             “¿Has pensado por qué no te han matado a ti?”  Y me salió una respuesta tomada casi de antiguas vidas de santos: -             “Pues se ve que no soy digno”. Anoté hace casi 17 años al pie de la cita que se trataba de un reportaje de Jesús Ruiz Mansilla al cura español Jon Sobrino publicado en El País Semanal y reproducido por Pagina 12 . Como acontece con la mayoría de lo que leo no recuerdo el reportaje y eso que no pasó tanto tiempo. Tampoco la identidad del entrevistado, un jesuita sancionado por el papa Ratzinger. Se me cruzan pistas de por qué lo guardé. La más probable es la religiosidad que me interesaba investigar y luego olvidé entre los que luchaban contra la opresión: curas y militantes ateos y creyentes. Ahora que rescato la cita reconozco que me pudo conmover el candor de la respuesta, aunque tal vez no como en 2007. “No soy digno” compendia la pulsión sacrificial del sacerdote y del militante. Dignid

Utopía de energúmeno

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Acompañado por una imagen ingeniosa de Alfredo Sabat, que reproducimos, las que siguen son las primeras líneas de un artículo de Carlos Pagni para La Nación : “ … Javier Milei   anda en busca de la cuadratura del círculo. Aspira a llevar adelante una revolución. La que expuso con su discurso en Davos, donde se presentó como lo que sueña ser:  un reformador social que va detrás de una utopía” . Es aconsejable escaparle al binarismo, pero los liberales pensantes de la derecha además de sus agudezas también tienen cara de piedra. Pretenden vender una “revolución” – que no es sino “involución” – cuyos preceptos replican solo los simples. Quieren endilgar un cariz romántico al plan de un actor que se vale de frustraciones, furias y miedos colectivos para construir su personaje público. La utopía es inalcanzable, entre otros motivos, por su exceso de virtud. Apuntar hacia la utopía forma parte de lo que se reclama como incorruptible en el pensamiento y acciones de la humanidad, pese a su car

La ortografía en redes

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  A propósito de Roberto Arlt leímos que otro gran escritor, ya muerto y cuyo nombre nos reservamos, argumentaba que los errores ortográficos y sintácticos que cometía el autor de Los siete locos revelaban una señal de clase. La lectura de Arlt y las clases populares de su tiempo nos llevó al presente de la multitud de posteos en redes donde ocurren a menudo los horrores ortográficos. La primera reacción del alfabetizado es recomendar el uso de un diccionario para evitar burradas. Pero la buena conciencia impele a comprender que las faltas son consecuencia de la clase social de que se proviene. Los deslices dependen de cómo se leyó, se aprendió o se pudo leer en sectores sociales desfavorecidos. *** En las porciones humildes de la sociedad abundan celulares y otros dispositivos desde los cuales se accede a las redes que jóvenes usuarios aprenden a usar solitos y manejan con la idoneidad que falta a los veteranos educados cuando tratan de escanear un documento con esos aparatos inf

Equeco

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  La curiosidad por un pensamiento inteligente de derecha, las más de las veces, mata. El fin de semana se nos ocurrió darle curso a alguien de quien creíamos una persona no muy bien dotada en el plano intelectual pero con algunas agudezas: Durán Barba, el Equeco según el bromista del Turco Asís. En su artículo “ El caos, Zaffaroni y la red ” pretendimos que se nos revelasen mentises perspicaces al vapuleado progresismo pero en vez de eso hallamos un racimo de declaraciones enfáticas aunque sin referencias autorizadas u otra clase. Embates empaquetados en lustrosas datas y cargados de prejuicios, típicos de chingaqueditos. *** Había logrado despertar nuestra curiosidad el artículo con lo de la “ carne impresa ”, producto de avances científicos que nos permitirían vencer, entre otros, la contaminación planetaria…si se desregularan las trabas burocráticas que han aquejado siempre a la mayoría de los países tercermundistas y latinoamericanos. Gobernantes como el nuevo presidente argen

Elogio de la escritura amorosa

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Más placentero el gusto de escribir sobre enamoramientos que vivir enamorado. Hay en la retórica amorosa de escritores y escritoras un plus contable que parece desmentir la denuncia por una ausencia, que hace que el vivir sea una muerte en vida, y no solo porque los amores que matan nunca mueren, sino porque, a la vuelta de un adjetivo justo, o una imagen ingeniosa, el gusto de escribir hace olvidar el objeto y lo convierte en pretexto. Más placentero el gusto de escribir sobre enamoramientos que vivir enamorado. Hay en la retórica amorosa de escritores y escritoras un plus contable que parece desmentir la denuncia por una ausencia, que hace que el vivir sea una muerte en vida, y no solo porque los amores que matan nunca mueren, sino porque, a la vuelta de un adjetivo justo, o una imagen ingeniosa, el gusto de escribir hace olvidar el objeto y lo convierte en pretexto. “Un closet de cristal” Pero aun así (2023) María Moreno