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Antipatías literarias (recargadas) de Primo Levi

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Decíamos ayer que en Entrevistas y conversaciones , además de Borges, Levi no comulga con Proust, Musil, Kafka, Balzac y Dostoievski. Por lo tanto no los incluye en la antología La ricerca delle radici que le encarga Giulio Bollati (1924 – 1996), directivo y ensayista de la editorial Einaudi. A Proust lo encuentra aburrido, de Musil lo desconoce todo y Kafka le genera emociones “ambivalentes”. Por un lado reconoce que su obra es fundamental, pero por otro siente un rechazo que dice tener origen en el psicoanálisis. Traduce El proceso , libro que admira pero que lo apabulla y del que se debe defender por el miedo que le causa ya que le recuerda las penosas contingencias del periplo que lo condujo al lager . De Dostoievski lo aleja su manera cansina y confusa de escribir, aunque le otorga “lucidez introspectiva”. Sin embargo, si por él fuera reduciría sus voluminosos trabajos a una tercera parte. Para Balzac no tiene tiempo. Renuncia a él luego de leer dos de sus libros. Levi razona qu

La vaga antipatía de Primo Levi por Borges

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Hace poco hallé la traducción al castellano de unas entrevistas a Primo Levi (1919 – 1987) reunidas en un tomo titulado Entrevistas y conversaciones (1998). En una Levi habla de la antología La ricerca delle radici (1981), que preparó a pedido de la editorial Einaudi , donde el sobreviviente de Auschwitz elige sus lecturas favoritas para compartir con lectores y admiradores. La autoridad de Levi para preparar una antología literaria surge más que de las letras, de su supervivencia en los lagers nazis cuyo recuento descarnado describe en su famosa trilogía . Plantado en esa autoridad justifica ante el entrevistador las omisiones en su biblioteca ideal, entre ellas la de Borges. Levi confiesa que “lo conoce poco” y siente por él “una vaga antipatía” porque advierte algo que “le es extraño y lejano”. Parece extraño que una personalidad como Levi deseche así nomás a Borges. Ha de ser porque en los 80 todavía hay quienes lo objetan como persona, no así su obra. Lo “extraño y lejano” se

El encarcelamiento fundacional y perverso de Milagro Sala

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Ernesto Semán, a quien acaso interpretamos mal en Breve historia del antipopulismo examina el antipopulismo desde las mismas entrañas del antipopulismo. No sabemos si esto es un mérito o un defecto. Pero dejamos claro que la mayor parte de lo que estudia el libro no nos interpela de la misma manera. En algo que coincidimos es en estimar cómo racionaliza tanto el fenómeno Milagro Sala como su despiadado e injusto encarcelamiento (págs. 241 – 243). La líder jujeña, según Semán, es el nuevo “hecho maldito del país burgués” que sulfura el pensamiento liberal por encarnar “ el poder transformador de la acción colectiva ”. O de su mito. Sala representa al enemigo que sustituyó al sindicalismo masivo pero también es objeto de deseo de los liberales, que quisieran contar para su lado con alguien de semejante carisma. Su “arresto fundacional” insta a su carcelero, Gerardo Morales , a declarar que prefiere “ un tiro en la cabeza ” a liberarla, como le reclaman múltiples organizaciones de dere

Choripán

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Al promediar la lectura de Breve historia del antipopulismo (2021) de Ernesto Semán – un afanoso abordaje liberal de la historia argentina – me dan unas ganas tremebundas de mandarme un choripán. Sueño con comidas a la tardecita cuando la salud de los mayores pide, ruega, ordena abstinencia de sólidos; solo recomienda líquidos transparentes, desabridos. El otoño boreal tienta a comer lo que venga, sin embargo la memoria transporta el aroma del choripán desde miles de kilómetros de la entrada de una cancha, de un concierto al aire libre, de una manifestación. En realidad uno preferiría cien veces el choripán a lo que venga. Semán discute la expresión “ choriplanero ” – hijo del cabecita negra , nieto del compadrito y bisnieto del gaucho – en el penúltimo apartado, según la ven los cuadros de la nueva derecha. La obra describe más que se juzga y parece bien que así lo haga. La diferencia con las apreciaciones nacionales y populares es clara. Cuando se comprende lo que explicita Semán,

Sarlo

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 Hoy escuchábamos en vivo un programa en que un chico que sonaba joven e inexperto entrevistaba a Beatriz Sarlo. Siempre que esta intelectual fina y salada se presta a hablar, nuestras expectativas son altas. Es una mujer inteligente, culta, provocadora, como los grandes pensadores que ya no abundan. Sin embargo, su chispa e ironías, que cuando era profesora pugnaba porque no se le salieran de quicio, ahora se han transformado en cuchillas lacerantes que la tornan desagradable y ofensiva. Pasó con Rebord , el youtuber que a diferencia de periodistas zafios y con egos desencajados, no interfiere en los discursos de sus entrevistados, para beneficio del escucha. Fue de las peorcitas entrevistas de Rebord – no por su culpa – con excepción de la de Martín Lousteau . Tanto nos ha molestado la descortesía de Sarlo que a partir de este instante, aunque no le importe a nadie, ya no esperaremos con expectativas sus intervenciones. Por dos o tres brillos que le queden no merece la pena su arbi

El pícaro Bardone

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  Las mutaciones ideológicas de que hablamos en una nota previa descalabran a los que piensan que esos cambios estallan la pétrea noción de coherencia. La incongruencia abismal es lo que irrita, aunque la reacción depende del tipo de mutación y de la tribuna que la observe. Lo que hace, por ejemplo, el personaje Vittorio Bardone en la película de Roberto Rossellini (1906 – 1977), El general de la Rovere (1959), no puede resultar antipático para hueste alguna, a menos que se sea un simpatizante rabioso del nazismo. Bardone, interpretado por Vittorio De Sica (1901 – 1974), es un pícaro cuyas acciones medran a medio camino del colaboracionismo pleno en la parte de Italia ocupada por las fuerzas alemanas. El que hace de jerarca nazi del pueblo – el actor Hannes Messemer (1924 – 1991) – pesca al pícaro in fraganti en una de sus engañifas y lo persuade a que infiltre la resistencia partisana que se halla en prisión a cambio de salvar la vida y beneficios adicionales. El arquetipo histó

Chisgarabís

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Anatomía de un instante Javier Cercas Barcelona, Debolsillo (Penguin Random House Grupo Editorial), 462 págs. 2017 (1ra ed. 2009) Qué pensará hoy el mundo de Adolfo Suárez (1932 – 2014). Los que saben de él al oír su nombre completo pueden exclamar  aaah , sorprendidos y dudosos. Lo sugiere el narrador en las primeras líneas del “epílogo de una novela” – que hace de prólogo – cuando comenta haber leído que el veinticinco por ciento de los ingleses pensaba que  Winston Churchill  (1874 – 1965) era un personaje de ficción. Si es así con Churchill imagínense lo que será con Suárez, el eurocomunista  Santiago Carrillo  (1915 – 2012) o el general  Manuel Gutiérrez Mellado  (1912 – 1995), personas reales que Cercas torna personajes más interesantes en su no-ficción que en sus vidas públicas.  A  Tejero   (1932)  todavía lo detesto y ni Cercas me lo hace pasable . Los simples mortales tenemos de estos individuos los retratos que los medios decidieron otorgarnos, sus figuras públicas. Luego ap