El peligro chino

 

No vamos a ignorar que los chinitos han de tener su agenda de espionaje. No somos ingenuos. Aparte sabemos que no le regalan nada a nadie. Pero los yanquis…ni siquiera el supuestamente progresista New York Times (NYT) se salva de la sinofobia que atraviesa los medios norteamericanos, liberales como gustan denominarse los simpatizantes del partido demócrata. Ni que hablar de los dinosaurios republicanos. Todos los días exacerban aires de guerra fría. No les alcanza con demonizar rusos y omitir ostensiblemente las responsabilidades en el horror de la guerra de los fachos ucranianos. No se conforman; a diario tienen que sumar sospechas sobre dudosas intenciones de fisgoneo y furtividad del gobierno chino. El boletín del NYT del 9 de marzo titula que en el origen del COVID 19 que investiga un comité parlamentario los dos partidos que se sacan chispas en otras instancias, en este caso acuerdan que el virus se originó en un laboratorio…chino. Desde ahí se deprenden hipótesis de diversa gravedad: la que dice que fue un accidente y las que antes de empezar ya atribuyen un objetivo espurio al laboratorio de donde el virus se fugó. Se nota sin ser experto en geopolítica que desde los pinches globos meteorológicos y la hostilidad a TikTok la inteligencia estadounidense instiga la estrategia mediática de operar audiencias – aún a los informados y críticos lectores del NYT – con títulos y encabezamientos que preparan subliminalmente y no tanto para la confrontación. La misma nota del boletín no es concluyente en cuanto a la utilidad de este comité bipartidista. No es difícil especular entonces que de lo que se trata es insuflar inquina en el público norteamericano hacia los chinos solo en aras de un belicismo tan peligroso como pedestre.

ALS

Alberto Luis Sacco@guardaconellibro.com

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