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Belleza de gentíos y partido

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 01 - 12 - 21  Crowds and Party Jodi Dean Londres & Nueva York, Verso, 276 págs. 2016 Hay edición en castellano : Multitudes y partido Traducción: Xabier Aristegieta Okiñena España, Katakrak, 320 págs. 2017 Leí el libro en inglés, razón por la que coloqué las fichas bibliográficas en el idioma original y en la versión castellana .  Aquí el enlace a la edición en nuestro idioma, de acceso gratuito . Los temas principales de este trabajo son peliagudos porque arrastran cuotas de irresolución, además de generar en los remolones una especie de fastidio – en épocas incómodas como las de ahora – por lo embarazoso de los significantes que se exploran. Hablo de “multitudes” (masas, gentíos) y “partido”. “Multitudes” y “partido” producen malabares en izquierdistas que han tratado de acomodar baluartes conceptuales del socialismo a la realidad de derecha neoliberal que influye en la mayor parte del planeta. No sorprenderse ni ofuscarse; estas confusiones causadas por la seguidilla de caídas

Malvados

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11 - 11 - 21 Los malos Leila Guerriero (ed.) Santiago, Universidad Diego Portales, 2da. reimpresión, 555 págs. 2016 En crudo, indagar sobre gente horrenda denegaría el placer de la lectura, actividad tan saludable como recomendada por los que saben. Que la lectura sobre malos de toda maldad abarque 548 páginas – sacando las siete de información sobre los 14 investigadores intervinientes – insinúa un obstáculo disuasorio considerable, además de delatar inclinaciones vergonzantes en quien lee. Sin embargo, buscar las razones de la maldad extrema – si somos benevolentes – se entiende como producto de una curiosidad más bien cándida por algo de lo que estamos convencidos nos es ajeno: la exposición de esa maldad sin riendas. No hay que hacerse el distraído, de todos modos, y admitir que hay un área inconfesable de la psiquis que exacerba el fisgoneo sobre lo que lleva (a otros) a “hacer el mal” desbordando todos los límites impuestos por nuestra calidad de seres humanos. En el título se ad

Matices macristas

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27 - 10 - 21 La conquista del sentido común Saúl Feldman Buenos Aires, Peña Lillo / Ediciones Continente, 283 págs. 2019 Se sospecha del sentido común porque las ideologías conservadoras lo usan para engañar desprevenidos de buena voluntad. Cuando se susurra al desgaire “sentido común” la desconfianza crítica lo homologa al pensar perezoso. Pero el sentido común gusta: es calentito, cómodo, tranquilo, sencillo y pacífico. No requiere experticia. Con solo mirar ya se lo tiene. De todos modos, es una lástima donárselo al inescrupuloso que se vale de su inherente candor para engrupir a la gente. *** Saúl Feldman confronta el facilongo  sentido común , exponiendo al lector sus flejes y tornillos que, dispuestos de determinado modo, conducen al engaño. Puede afirmarse con cierto tino que  todo sentido común es engañoso . Feldman quizá concuerde con esto por elevación, es decir, no se juega a todo o nada contra el concepto. Más bien se circunscribe a analizar su utilización como estrategia p

Vacunas: escepticismo espurio *

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 02 - 10 - 21  La actualidad nos somete a tener que lidiar con personas en apariencia sensatas pero que descreen de las evidencias más reconocibles y comprobables que provee la realidad. Algunos, con educación superior, aceptan las fábulas más fantásticas, informados por el noble y rebelde escepticismo. Los antivacunas conforman – lamentable paradoja – cuerpos notables de escépticos irredimibles. El veterano periodista italiano Marco D’Eramo plantea en un artículo publicado por  Sidecar  – el blog de la revista  New Left Review  – que la credulidad antigua se sustentaba en que la compartían tanto la pirámide más alta de la sociedad como los más menesterosos entre los plebeyos. Los inquisidores creían que la brujería era verdadera y también unos cuantos de los mismos acusados de ejercerla. El mundo moderno, en cambio, ha parido una forma de superstición que se acepta en nombre de la desconfianza hacia el Estado y las instituciones que ejercen algún tipo de autoridad. La nota de D’Eramo,

De Enric Marco y “El impostor”*

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 16 - 09 - 21  El impostor Javier Cercas Random House Mondadori: Buenos Aires (3ra. edición), 2015 – 425 págs. La novela no colma las expectativas de varios que la reseñaron. Una anterior, en cambio, ilusionó a muchos: Soldados de Salamina (2001). Sin embargo El impostor, de firma reconocida y exitosa, se da el lujo de hacer la plancha sin que a las ventas se les vaya a mover el amperímetro. De cualquier modo tiene sus encantos, pese al pelmazo de Cercas, su círculo íntimo y la editorial que lo publica ya que – mencionemos de refilón – obtener un contrato de ella equivale a acceder al olimpo de los consagrados para cualquier semitalentoso escriba que habite los suelos de este mundo. Uno de los encantos – iba a poner “momentos” pero más apropiado es “encantos” – es el protagonista: Enric Marco. ¿Quién es este personaje? Un hombre de verdad, no ficcional aunque lo parece, que se birló las credibilidades de sobrevivientes, activistas de la memoria de las grandes conflagraciones europeas d

Posdata, Quijote

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21 - 09 - 21 Imitación del boceto de Picasso en pizarra dibujado con marcador por una estudiante antes del comienzo de clase, una tardecita de enero Cuando le contaba al Negro del frío de Winnipeg o de los osos hambrientos de Sudbury me decía, “ qué boludo, qué hacés ahí, por qué no volvés y te dejás de joder” . Yo me aconsejaba lo mismo cuando quemaban las papas, o más bien, cuando se congelaban. También cuando empecé a dar literatura.   Leer con estudiantes subgraduados que no dominan el castellano libros como  El Quijote  parece un sin sentido. Se teme la mirada vacuna del alumno que desconcierta al profesor no porque no le interese la literatura sino por la imposibilidad de cualquier comunicación. Entonces aparece el “ ¿qué hago aquí? ¿A quién pretendo redimir? ” Pero mis goces del  Quijote  pasaban por alto las limitaciones de los alumnos. También la coacción del programa que consistía en que para graduarse era necesario anotarse en el curso. *** A mí me bastaban los fascinantes h

Vuelta de hoja

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07 - 08 - 21 Un acontecimiento insólito de hace poco más de veinte años fue que me contrataran para enseñar literatura peninsular medieval y del siglo de oro en la Universidad Wilfrid Laurier. Esta institución se encuentra en la región de Kitchener / Waterloo de la provincia de Ontario, a poco más de 100 kilómetros al noroeste de Toronto. Fue insólito que me nombraran porque salvo la simpatía y curiosidad que estos periodos clásicos españoles despertaron durante los estudios graduados, no se me ocurrió que terminaría dando cursos sobre La Celestina y El Quijote. *** En la maestría y el doctorado me especialicé en literatura latinoamericana – si es que especializarse en eso fuese algo verosímil – y obvio, me propuse medrar en la academia con ese dizque saber. Hice varias temporadas de ayudantías en mi alma mater mientras alargaba mi sueño de martingalas y matungos hasta el día que rompí el cordón gracias a los oficios de mi querido profesor Keith Ellis. Me conchabaron por dos años en la